Escritos adrenalinicos de enfebrecida imaginación
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martes, 22 de abril de 2008

Angeles de Hielo

Los Ángeles, cansados de la eternidad, tienden a caer solo para morir en la tierra.
Caminan entre los mortales, envidiando sus sentimientos. Pero no es hacia lo que sienten, sino lo que dejan de sentir los humanos.
Ellos, que alguna vez batieron sus alas llenas de fuego de su propia pasión, caminan con una pesada carga de nieve y hielo, que ya no los deja volar. Su enorme melancolía y tristeza, hacia un mundo superficial que los ignora, que ha dejado de verlos porque ya nadie cree.
Impotentes, afligidos, añorantes, depresivos, caen. Y, ¡HO! ¡Que Estruendo Maravilloso Cuando lo Hacen! ¡Ha Caído un Ángel! Observen, que enorme bola de fuego es. ¡Aléjense, pues seguramente Quema!
Y sobreviven, solo para existir sin pena, sin gloria, sintiendo la fría indiferencia de aquellos casi hermanos de la tierra. Es un dolor, algo nuevo, es lo insensible, lo indiferente, lo desapegado. Lo comparan con las temperaturas de las tierras más frías. Quema, y deja cicatrices en todo el cuerpo. No hay forma de evitarlo. Pronto su frió los deja sin llama, y solo quedará una pequeña estatua de hielo, a la vista desdeñosa de todos.
Y mueren. O creen que mueren, pero solo se convierten en uno más. Una mirada fría que agregar a los desolados paisajes sobrepoblados de vacíos.
Pasan eternidades preguntándose que fue de las almas que antes habitaban esas carcasas frías. O que ha sido de sus propias almas, que ahora encierran en si mismos, tras enormes muros gélidos. Tal vez, llegue el día en que alguien arda lo suficiente, para romper esas barreras. Tal vez, llegue alguien con alma lo suficientemente fuerte, para corroer hasta sus propias defensas heladas....

Hasta ese día, Los Ángeles, cansados de la eternidad, caerán solo para morir en la tierra, y ser humanos indiferentes.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

En mi Sueño



-¡Despierta niño! ¡Oye niño, despierta! ¿Que haces ahí tumbado, con la camisa abierta de esa forma?

El joven, no tan niño, abrió los ojos despacio, tratando de recordar. Mareado y muy desorientado se acarició el pecho en el lugar que le dolía, justo donde solía estar su corazón. Cerró su camisa negra, ocultando la cicatriz, y miró hacia el cielo, de donde provenía esa extraña voz. Asomaba por sobre el horizonte el gigantesco rostro de una mujer de muchos años, de cabellos coloridamente rojizos y enrulados.

-He, disculpe, señora.-
dijo el joven-Pero yo tampoco se que estoy haciendo aquí. La tormenta de anoche me dejó algo perdido, y mi pecho me duele.

-Pues yo estoy buscando mis estrellas. Deje a Luna, la mayor y mas brillante para que las cuide, pero se escapó a perseguir el sol, y algunas estrellas se perdieron en la tormenta. ¡Deben estar desperdigadas quien sabe donde! Castigaré a Luna ni bien la vea.

-Mantendré mis ojos abiertos por sus estrellas, señora. Si encuentro alguna, ¿a donde las devuelvo?

-¡Pues al cielo, ¿a donde mas?! Diles que Noche anda buscándolas. Ten cuidado, jovencito, debo irme porque estoy cansada y ya casi llega Amanecer.
-Ho, Adiós, señora. -Dijo el joven, y luego comenzó a caminar. Con los pies agotados, siguió el extraño sendero verde por algún tiempo. "¿A donde me llevará este?", se preguntaba constantemente. No se sentía seguro en ningún lugar que no fuera su hogar, pero, ¿donde quedaba su hogar? ...
-Zzzzz... Ziento un extraño zerca, ¿Quien erez, cara de perro?- dijo una voz sibilante.
El muchacho miró sorprendido a la izquierda, a la derecha, arriba, buscando en el enorme campo verde la procedencia de tan peculiar sonido, hasta que encontró un pozo casi bajo sus pies.

-Ho, por poco caigo.
-Zi, por poco, cara de perro.-
dijo el arreglado personaje de cuerpo alargado y multicolor que salía del agujero. Con el pelo muy peinado hacia ambos lados, la sonrisa muy deslumbrante y sus ojos muy oscuros, parecía querer ocultar sus intenciones.

-¿por que me dices cara de perro?

-Velo por tu mismo, perro, mira tu reflejo en el agua.
Con desconfianza, se acercó a un charco de agua y observó entre el barro una imagen algo confusa. Primero un hocico, grande, y negro, y lleno de dientes afilados. Segundo, unos ojos tranquilos y cansinos, y al final, justo donde terminaba el reflejo, orejas peculiarmente triangulares y puntiagudas. Se apartó luego de unos minutos, casi decepcionado de si mismo.
-Azí que dime, cachorro, ¿que hacez aquí perdido?

-Estoy buscando algo.

-¿Ho, acazo no lo eztamoz todoz? -replicó rápidamente el gusano.-Dime algo máz.

-Mi hogar, creo. Pero no se donde debo ir.
-Lejoz, zeguramente. La tormenta los deja a todos muy lejoz y perdidoz, pero no a mi, no, yo tengo mi agujero. Zi el zielo ozcureze, ocultarze me funziona muy bien.
El joven lo miro extrañado. ¿Ocultarse? ¿Funcionaria ocultarse la próxima tormenta? No, había algo que no le gustaba, que no le parecía del todo correcto en tanta estabilidad.
-Pero, ¿si tu estas allí, mientras el mundo cambia, siempre en el mismo lugar, no te aburres?
-Ezo, no te intereza, cachorro.-contesto el gusano enfadado. -Ez mi forma de vivir. Hay muchaz cozaz que tampoco cambian, y no por ello son aburridaz. Mira el brillo de laz eztrellaz, ez ziempre el mizmo y nunca me canzo de verlo. Ezpecialmente la eztrella del zur, ez la maz bonita.
-Te tengo malas noticias, pues hace un momento Noche misma fue quien me dijo que la tormenta sacudió hasta las estrellas. Ni siquiera ellas son ajenas al cambio.

- ¡Ho No! Que tragedia. Debo partir ahora mizmo, la eztrella del zur podria eztar perdida! Zi cayó, debe eztar hacia el oezte.

- ¿Partir? ¿estrella? ¿Oeste?

-Ven muchacho, ven, nezezitaré de tu ayuda para encontrarla. Y tal vez zepamoz donde puede zer tu hogar.

El joven dudó, pues no creía encontrar su hogar hacia el oeste, pero viajar solo y desorientado, no puede ser mejor que viajar mal orientado y casi bien acompañado. Caminaron (o se arrastraron, dependiendo el caso) en la dirección apuntada, ambos con ojos muy abiertos, el joven perro y el gusano multicolor. No les tomó mucho tiempo divisar algo lejano, con un brillo muy deslumbrante.
-¿Crees que sea la estrella?

-No, muchacho, zze mueve demaziado. Y no ez un zolo brillo, son muchoz juntoz. ¿Que zera, que zera? Vamoz a ver.
Pronto comenzó a entender lo que el gusano le refiera, pues allí habían muchas luces pequeñas que iban y venían, danzaban y revoloteaban, todas de colores violáceos, fucsias, y rosados, pequeñas alitas juntas de a pares que parecían las flores perdidas de un jardín aéreo.
El joven se acercó, maravillado, hipnotizado, con los ojos perdidos entre tanto movimiento.
-Quieto, cachorro -Dijo el gusano enredando su brazo- Laz cozaz bellaz ziempre tienen un prezio.
Y así era, pues no tardo mucho en aparecer un extraño sujeto, muy bajito, casi del tamaño de una media de deportista. Tenia manitas como de bufandas finas, y por el hueco de arriba apenas asomaba la mitad de una extraña cabeza anaranjada, con los ojos amarillos y pequeñitos.
-No dezido zi me recuerda una jugoza naranja o un canario hambriento de mí-Susurro por lo bajo el gusano, temeroso de que si se caía la abrigada media descubriera un amenazador pico.
-¡¿Quienes son ustedes?! -dijo una voz chillona he irritada- ¡¿y que hacen entre mis mariposas?! ¡Aléjense, aléjense, shu shu! ¡Sobre todo tu, lobo, aléjate!

-Pero.. pero...

-¡Pero nada! ¡Shu, SHUUUU! ¡Vienen a robarse mis bellas mariposas! ¡Y con lo que me costo juntarlas después de la tormenta! -
gritaba la pequeña bolita de lana agitando sus manos como si fuese a asustar al no tan pequeño cachorro.

-¡vamonoz, por favor, antez de ver zu pico! -
el gusano estaba tan asustado, que se había enredado todo a lo largo del brazo del joven perro, quien permanecía sereno y valiente al refunfuñeo del enano. Le parecía entretenido semejante despliegue de actividad, y las mariposas eran mucho mas llamativas.

-Dime, ¿eres su guardián? -Preguntó curiosamente.
-¡¿Que te importa a ti?! ¡Si son mías o si las robe no es tu asunto! ¡Eres un perro! ¡¿que sabes tu de ser un guardián?! -Contestó la pequeña bolita, y no tardo mucho en darse cuenta de la trampa del lobo, quien cambió drásticamente su carita de cachorro desorientado por un amenazador gesto, mostrando los dientes, estirando hacia atrás las orejas, babeando y salivando agresivamente por carne.
-No existen mejores guardianes que los canes mismos, ¡Pajarillo ladrón! Grrrr... ¡Gruaf Gruaf! -Y ladrando y gruñendo se arrojo encima del enanillo, quien corrió y corrió, rogando no tropezar con su abrigo y que sus torpes patitas cortas le diesen suficiente carrera para librarse de la furia de semejante bestia. El lobo se detuvo a pocos metros, y lo observó alejarse y alejarse, y alejarse, hasta convertirse en un punto mas de la línea del horizonte.
-Enorme dezpliegue de valentía, joven lobo-dijo el asustado gusano, que poco a poco se desenroscaba de su brazo y tranquilizaba.
-jijiji, si, muchas gracias, joven lobo.-dijeron muchas voces en tonos dulces y melódicos.-ese pajarillo nos mantiene cautivas desde que termino la tormenta. Nuestra guardiana se perdió y todavía la estamos buscando.
-Puez nozotroz buzcamoz una eztrella, ¿han vizto alguna?
-ji ji, estrella, estrella... ¡Ha! Hemos visto algo, pero no sabemos si era una estrella. Aunque parecía serlo, era brillante y dorado. No esta muy lejos de aquí, si todos volamos.
-Disculpen, bellas señoritas, pero ¿Como pueden volar un perro y un gusano?

-Pues hagan lo mismo que cualquier ser humano, ¡Monten una nube de ilusión! Es fácil, solo súbanse.

El perro la miro extrañado, y al ver al gusano entendió lo que estaba pidiendo. El alargado amigo comenzó a mirar hacia arriba, y cerrando los ojos, concentro todas sus ilusiones en encontrar esa estrella, que tanto brillo daba todas las noches, y pronto apareció del cielo una nube con forma de oveja, con hermoso lazo rosado y pequeñas alitas como mariposas en cada pata. El joven intento he intento, se concentro todo cuanto pudo, hizo hasta fuerza, pero no logró juntar una sola ilusión.

-¿que paza, cachorro?
-Un lobo sin ilusiones, extraño eres. -Dijeron las voces dulces en tonos de canción. -Pero no te preocupes, la ilusión de tu amigo es tan fuerte, que puede llevarte a cualquier lugar.
Y acto seguido, ambos se subieron a la nube oveja, el gusano enroscado en el cuerpo del joven lobo. Volaron y volaron, entre miles de otras ilusiones extrañas que el joven miraba con melancólica, preguntándose porque no tenia él una ilusión. De entre su ensueño, diviso a lo lejos el brillo dorado que le señalaban las mariposas. Llegaron a un extraño árbol, no muy grande, pero extraño al fin. Parecía seco, y tenia forma de estrella en la punta, muy florecida, y dos ramas curvas la custodiaban, mientras que cada rama siguiente era un línea puntiaguda recta y horizontal.
-¿Es esta una estrella? -Preguntó el inexperimentado joven.
-Maz bien, parezze un árbol.
-Que extraño árbol -dijo el joven.
-No ez un árbol, ¡ez un cardo gigante! jaja, aunque extraño zi, la tormenta trae cozaz lejanaz. Pero noz zervira para dezcanzar un tiempo.
Bajo su sombra, apenas si entraban sus cabezas. Todas las mariposas se relajaron en cada rama, y volvieron colorido el seco cardo dorado, mientras los dos viajeros intentaban descansar sus agotadas piernas, pero por mas quietos que estaban, el piso no dejaba de moverse.

-¿Será por el viaje, que todavía nos sentimos extraños?

-Ezto no ez mareo de vuelo, ¡Ezto ez un terremoto! ¿Que haremoz, lobo?
-Pues, ¡veamos porque se mueve la tierra! -cantaron las mariposas, a quienes no parecía preocuparles tanto como a los dos caminantes. -¡Desde aquí vislumbramos un gigante! Debe ser él quien mueve la tierra. -Dijeron abalanzándose hacia una colinita, en la cual había un enorme hombre, vestido de elegante traje negro, con rebordes dorados, y una colorida camisa roja, que hacia juego con la cinta de su sombrero Bombin negro, y sus botas tejanas. Llevaba una bandeja en la cual posaba una pequeña casita. El lobo y el gusano pronto siguieron a las mariposas, y llegaron tambaleantes junto al gigante.
-Hu! Hola! Buenos días! -Dijo el gigante con voz alegre.-Disculpen ese último sismo, es que casi se cae una casa.
-¿Que estas haciendo moviendo casas, gigante?

-Las ordeno, obviamente. Y no a mi gusto, ¿sabes? Estoy castigado. Mi tía Tlaltecuhtli se enojó mucho porque ayer descuidé estas praderas y todos los hogares se revolvieron.

-¿Tu tía ez quien? -Preguntó el gusano, semejante nombre era muy difícil de pronunciar y debía de ser de tierras muy lejanas.
-Tlaltecuhtli. La diosa de la tierra, aquella de cuyos cabellos se hicieron los árboles, flores y yerbas, de sus ojos pozos, fuentes y cuevas, de su boca ríos y cavernas, y de su nariz valles y montañas... En fin, ella me mando a cuidar estas tierras y las descuidé. Como castigo, debo ordenar de nuevo cada casa y edifico en su lugar. Al menos son pocas. ¿Y ustedes? son un grupo peculiar. Un Joven perro, un gusano, y un montón de mariposas.

-Yo buzco una eztrella, el buzca un hogar, o ezo cree, y ellaz a zu guardián. ¿Haz vizto alguna de laz trez?
-mmm... pues, no. Las estrellas se cayeron del cielo, tu hogar no esta entre mis tierras, y no he visto a ningún guardián mas que a mi mismo.

El joven lobo y el gusano tenían expresión melancólica. Ninguno tenia la mas remota idea de donde encontrar lo que buscaban, y el joven ni siquiera tenia ilusiones.

-Ho, ¿pero porque la cara larga perro? jejej, solo una broma, a ver, déjame pensar. -
Dijo, y tras unos minutos concentrado, su rostro cambio a un gesto de idea.- Recuerdo algo que tal vez le sirva de ayuda. Hace poco vi un brillo en el cielo, el último antes de la caída de las estrellas, un poco mas hacia el oeste por donde vinieron.

-¡¿En zerio?! ¡Puez no perdamoz tiempo! Graciaz gigante, iremoz en eza direczión. -El entusiasmo del gusano era evidente, pues tenia mas ilusiones que nunca. Su nube era ahora mucho mas grande. Pero el lobo seguía con cara de preocupado, y rezagado, no pudo evitar dejarse interrogar por el gigante.
-Dime, cachorro, ¿estas seguro que estas buscando un hogar? la tormenta puede haber sacudido todo, pero tu pareces haber perdido otra cosa.
-Yo... la verdad no lo sé.
-Estas dudoso, muchacho. Ya encontraras lo que buscas. si sabes reconocerte a ti mismo.
El joven no entendió, pero le dio adiós y gracias, y se subió junto al gusano sobre la nube oveja. Otra vez, el viaje resulto en la melancólica imagen de su falta de ilusiones. Mientras el gusano y las mariposas se divertían observando las formas de las gaseosas nubes, el muchacho se quedaba cayado y sin entender demasiado. Para él, había muchas nubes, pero ninguna forma. casi triste, dejó perder su vista en algún punto lejano, tal vez allí donde alguien lo esperaba, con aquello que había perdido.

-¡Cuidado! -
Gritaron muchas voces, pero el lobo estaba tan absorto, que no escucho la advertencia, y no tubo oportunidad de evitar chocarse contra el hilo de la soga, y tras agarrar algo cayó de bruces en la tierra. El golpe fue duro, si, pero no se daño demasiado. Tardó algunos segundos en darse cuenta que estaba boca arriba, y que el bulto en sus manos se movía.
-Miiiaaaauuu.... miaaauuuu...
Una dulce gatita asomaba por entre los dobleces de un viejo pañuelo, y lamía el hocico del maltrecho joven.

-Hay.. hay... me dolió... -Dijo sentándose- ¿Estas bien gatita? Veo que si. Al menos uno de los dos.
-Oye muchacho, ¿estas bien? -Dijo la dama gorda que estaba justo frente a él. -Las caídas duelen. Yo misma me golpee anoche durante la tormenta. ¡Que caída! Y ahora no tengo idea de como volver. ¡Y que preciosa gatita tienes entre manos! Si no eres un cachorro amoroso.
El joven perro tomó unos segundos de silencio, mientras la dama hablaba, y hablaba, y hablaba, sobre como estaba tan tranquila ella anoche, y como la tormenta la sacudió a ella y a muchas de sus hermanas, y como se cayo, cuando por fin el cayó en la cuenta de quien era la dama de dorado brillante en frente suyo.

-Disculpa -Dijo el cachorro, tratando de que por un segundo la dama lo dejase hablar.-Disculpa, ¿eres una estrella? ¿Eres la estrella del sur?
-¡Pues obvio que lo soy! ¡¿Quien brilla tanto como yo, si no?!
El gusano, que no pudo evitar que su amigo cayese, se apresuro a bajar con su nube oveja, seguido de montones de mariposas, y su sorpresa fue enorme cuando por fin llegó y escuchó la conversación.
-Hooo, no puedo creerlo, erez tu. Por fin, por fin, tanto hemoz buzcado por ti.-
Dijo emocionadamente, sus ojos brillaban de alegría y sus sonrisa era aún mas grande que de costumbre.- ¡Ho! ¿Eztaz bien cachorro? -Preguntó casi avergonzado por el descuido.

-No importa, estoy bien, ¡pero la encontramos!
-¿Me han estado buscando? -Preguntó la dama gorda, con mucho orgullo.
-Ni bien noz enteramoz que habiaz dejado de brillar en el zielo, ho, prezioza eztrella. Tu brillo me ha iluminado tantaz nochez, y tantaz vezez me ha alegrado, que me preocupó el no verte maz, puez ninguna de tus hermanaz, ni ziquiera la ezcurridiza luna, ez tan hermoza como tu- Dijo el gusano, acercándose a la brillante dama.
-Hojojo, eres muy hábil, y peculiar, para un gusano. Hasta eres divertido. Muchas gracias por buscarme, estoy bien, Me agrada la tierra. Es un lugar interesante. ¡Suceden muchas cosas raras!

-Noche me pidió que le dijese que las está buscando.

-Ho, muchas gracias, muchacho. Y para ti, precioso gusano, tengo algo especial. Y sin decir mas, se acercó al gusano, y dejándose enroscar por el, le dio un beso las mejillas. -Nos volveremos a ver, encantador, ya pronto bajare a visitarte, algún día que pueda escapar de la estricta noche.- Dijo, mientras poco a poco su brillo la elevaba a su hogar.
-Se fue. -Habló el joven, con cierto dejo de desilusión. -Tanto esfuerzo que has hecho, ¿y se fue?
-Pero dijo que volvería -Contestó el gusano, sonriente de oreja a oreja, y muy alegre, pues había encontrado lo que tanto buscaba. -Y mi hogar esta justo aquí, y esta noche la veré brillar, y sabré que aunque todos la vean, ella brillará solo para mi.
Muy conmovido, el joven se hizo a un lado, y se sentó. Miró hacia el cielo, hacia donde había partido la dama, y desde donde él había caído, y diviso lejanamente, un nube que se acercaba. había sobre ella, una preciosa joven, con bellas alitas de luciérnaga sobre la espalda. Tenia el cabello de color dorado y muy bonito, y sus gestos y facciones delicadas deslumbraban tanto como todas las mariposas y estrellas juntas. sin embargo, y entre tanta belleza, su rostro estaba enojado.
-Tú, espantoso lobo, y tú, inservible gusano, ¡han sido ustedes quienes robaron mis mariposas durante la tormenta! ¡Y encima te atreviste a robar de mi propia soga, la gatita y el pañuelo que encontré después de la tormenta! Vuelvan a mi, señoritas, y dejen a estas criaturas terrestres donde pertenecen, en el barro.
-Disculpa, Hija de las Luciérnagas, -Se apresuró a decir una de las mariposas- Pero ellos no fueron. El es culpable de rescatarnos de un pillo pajarillo, y de convertirse en guardián y salvador de las mariposas.
-Solo choque contra tu soga sin querer -
Dijo agachando las orejas.

-Y él, -siguió la mariposa- puede que sea un gusano, si, pero es carismático, y ha sido el consejero de nuestro guardián, guía sabio que encontró una estrella y la devolvió al cielo para que brille donde todos la vean.
El gusano, que se sentía lleno de orgullo, pues que otro gusano era defendido por mariposas, besado por las estrellas, y reconocido como sabio, se erguía cuanto podía al lado de su amigo, quien se mantenía melancólico y con las orejas bajas, y la vista fija en la Hija de las Luciérnagas. La bella joven se tomo unos segundos para pensar, mientras su rostro cambiaba de enfadado, a indiferente, de indiferente, a sereno, de sereno, a sonriente.
-¿Han hecho tanto en tan solo lo que dura un sueño? -Tenia la misma hermosura que las mariposas en la voz, daba la impresión de que entonaba una melodía dulce mientras hablaba.
-¿Mencionamos que no le temen a los gigantes? Han hablado con el sobrino de
la Diosa de la Tierra, y ninguno lo hizo temeroso. -Dijo una de las más grandes mariposas, que revoloteaba cerca de los oídos de la bella joven.
-Entonces, deberían venir un momento conmigo. Súbanse a su nube oveja, y síganme.
Ambos volvieron a montarse en el gaseoso animal, que ahora no dejaba de balar, pues la ilusión del gusano era enorme.
Llegaron hasta una soga, la misma que había chocado el cachorro, en la que habían muchas cosas secándose, una cometa, un par de zapatos, algunas ventanas, un cometa, y muchas otras cosas, y al joven le llamó la atención una en particular. Un reloj de arena rajado, que contenía una torta de cumpleaños dentro.
-¿donde encontraste tantas cosas? -
Preguntó el joven.

-Ho, aquí, por allí, por allá, la tormenta dejó muchos escombros. Quiero darte esto a ti. Te será útil. Siempre que quieras llegar hasta las estrellas, usa un cometa.-Y en gesto de agradecimiento, le entregó al gusano el barrilete con forma de estrella fugaz.
-Ho, graziaz, prezioza Hija de laz Luziernagaz. Zeguro me zera útil.

-Y para ti, joven lobo, no se que darte. Tu camisa parece rasgada, ¿por que no buscas algo que te quede?
-En realidad, quiero esto -
Dijo tomando el reloj rajado.- Siento... siento que es mío.

La joven lo observó bien, y sin dudarlo, le desabrochó la camisa, he introdujo en un segundo el reloj que contenía una torta. La cicatriz del lobo brillo unos instantes, y luego se cerro como si fuese una herida hecha hace mucho tiempo atrás.
-Era tuyo, si, era tu corazón. Lo perdiste durante la tormenta, joven lobo.

El joven, sorprendido, ahora sentía muchísimas cosas. La Hija de las Luciérnagas tenia un brillo especial y atrayente. El gusano ya no le causaba desconfianza, si no mas bien todo lo contrario, sentía que dejaría sin dudar la vida en sus manos (o en su habilidad para enredar cosas, pues era un gusano). Las mariposas eran divertidas y graciosas, y su baile transmitía alegría. Las nubes tenían formas de muchas cosas, en todos lados veía dragones, ovejas, sapos, reyes, gigantes, casas, ¡Podía encontrar cualquier ilusión entre las nubes!
- ¿Por que era un reloj rajado, con una torta dentro?
- Carente de tiempo, tu corazón es eterno. y contiene una esencia dulce de recuerdos felices.

martes, 11 de septiembre de 2007

El Alineador


Dicen que Zarus, creador de la tierra, cansado de las arbitrarias intervenciones de sus camaradas envidiosos, cubrió el cielo de pequeñas luces que absorbían el poder de quien osara meterse con su majestuosa obra.
Descubrió, sin embargo, que a cada momento se volvía mas incontrolable, pues los humanos eran muchos, con sus destinos casi innumerables, y las estrellas se volvían en su contra.
Se dice que en algún lugar, muy muy lejano, erigió una enorme torre del más blanco marfil, en el más interminable y oscuro mar negro.
Por años, se apresuró a buscar al humano más completo de Su Creación, y le ofreció el más deseado poder: El control de la Torre.
Para ello, dividió todo lo bueno de todo lo malo, convirtiendo uno en dos, y Le dio el don de la inmortalidad, para así no deber buscarlo de nuevo.
Es bien sabido que en esa torre se encuentran todos los Hilos Dorados, que atraviesan los innumerables pisos circulares en intrincados tejidos de oro.Cada uno de ellos es atado en cada punta por uno de Los Gemelos, principio y final, nacimiento y muerte. El hilo, entonces, recorre la torre en complicadas y zigzagueantes lineas, representando cada golpe de suerte, cada tragedia, cada momento de vida de cada humano en la tierra.
Pero Zarus no estaba contento, porque sus criaturas tampoco lo eran, esclavas de las decisiones del Alineador. Se dice que él, Dios de todos, inmerso en una enorme depresión cortó su mano izquierda, con la que solía trazar los destinos, y la dejó caer a la tierra. Las estrellas pronto la deshicieron en miles de pequeñas partes, que se esparcieron como copos de nieve y llegaron a cada rincón, cueva, y hogar, y entraron en el espíritu de cada corazón latente. Ahora, cada ser tiene dentro de si el poder de cambiar su propio destino, si así lo desea.



[Imagen por Monica Almendrae, http://almendrae.blogspot.com/ ]

miércoles, 22 de agosto de 2007

Conversacion con La Guia antes de vivir



Vamos. Levantate y Anda. ¡Que te levantes he dicho! ¿a Que esperas? ¡Que te muevas! Camina de una vez, perezoso. Ya estoy vieja para esto. mmm
mmm

MMMMM
...
No, no me interesa. Muevete de una vez. Vamos. ¡Anda!
...
No, no noooo
...

... ¿Que como que no sientes los pies? mejor aun, pues no te doleran luego de caminar tanto. Apurate de una vez, que el camino es largo. ...
Mira, solo pon un pie delante del otro, asi, ¿vez? Despacio, de a poco, un pie delante del otro, delante del otro, ¡que adelante he dicho, no a un costado! Uff, eres bastante molesto, ¿he?
...
¡Por el ehter! Que te lo he dicho que no me interesa si te han pasado cosas malas ya. Sigue moviendote.... Aja ... uhm ... Uhhh... UUHHH.... Bueno, pues, si, tal vez, solo, tal vez, y lo digo porque soy una buena persona, te hayan sucedido una o dos cosas malas. hee, unas cuantas, hee, haa, ¡bueno si! ¡Cortala ya! No soy quien se encarga de las penas, eso preguntaselo al de abajo o al alineador. ...
No, es imposible volver. No te preocupes, ya no se necesitan almas para ir a la tierra. ...
¿Para que quieres tu corazón? es el mundo real, no lo necesitas, te irá mucho mejor sin el, y su peso solo te molestará todo el camino.
...
Que no lo necesitas he dicho.
...
Pues si tanto quieres a tu alma gemela no la hubieses perdido u olvidado en primer lugar. No pienso arrastrarte todo el camino de nuevo.
...
¡¿Como que nadie me lo pidió?! ¡Pues por supuesto que no! Lo estoy haciendo porque soy una buena persona, ¿o que? ¿Crees que simplemente me gusta estar aquí en el limbo arrastrando gente porque si? ... ¡Claro que es algo bueno lo que hago! Chocar la gente contra su realidad es mejor para ellos, digo, ¿quien querría caminar por la vida como un tonto, sin poder ver todo lo que hay para ello o sin saber los males aquejantes? ¿Como te cuidaras de los males si no sabes que existen?
...
Inocencia, mis polainas, camina ya.
...
Que vamos he dicho, eso es, ¿ves? , ya ni siquiera rengueas. Pronto correrás por la vida como el resto, y llegaras donde sea que te lleven.
...
......¡Iras a donde te manden y punto! No eres quien para quedarte aquí. Ahora vamos, métete dentro.
...No, no eres libre de decidir he dicho. Irás por ESE sendero, te tiraras a ESE pozo y es el fin de la discusión....Si, esta oscuro, ¿y que? ¡Que lo hagas he dicho! No me fuerces a forzarte.
...
Mira muchacho, no me interesa que tan bueno hayas sido, o quieras ser, ni que tengas tu alma perdida por ahí, gemela o lo que sea, ni tu corazón olvidado ni nada. Solo métete en ese agujero solitario y húmedo de una maldita vez. Y procura tener suerte como el resto.
...

Esta bien, esta bien, solo porque me agradas, y porque además SOY buena, cuando regrese por la próxima alma buscare las cosas que te olvidaste y las arrojare por aquí. ...
¿Y que demonios se yo donde las vas a encontrar? ¡Encárgate tu de buscarlas! Y si no, deja de preocuparte, de todas formas volverás a las cataratas de ether de las que te saque y te volveré a meter aquí y posiblemente encontraras tus cosas.

domingo, 29 de julio de 2007

La Lágrima Azul


"La Lágrima Azul"

En un tiempo lejano ya, existía un hada, que gustaba de revolotear por los árboles del Gran Bosque con sus alas violetas en busca de las historias de sus inamovibles habitantes de roble. Solía perderse sola en lo mas profundo y oscuro, porque sabia que allí solo encontraría un peligro: los regaños del mas antiguo de los Viejos Árboles, el Anciano Cecolla, quien pese a todos sus intentos de advertirle a la joven hada, siempre terminaba confiado de su encanto mientras comentaba alguna anécdota antigua de algún reino lejano. Cuentan que un día, el gran árbol estaba deprimido por alguna razón.
"Siéntelo pequeña hada. El bosque llora constantemente la perdida de grandes y jóvenes espíritus verdes. Los humanos han llegado, y nos han traído su destrucción con ellos. ¿no hueles el humo? pronto estarán aquí. Yo estoy encadenado al destino de mi tierra, y no pedo alejarme. Pero tu, tu cuentas con toda la libertad de tus bellas alas para cruzar ha cualquier designio. Ve, abandónanos por favor, ve con quienes perteneces, y solo por esta vez, hazme caso. Mis varios siglos de sabiduría no deberían ser ignorados." Ella corrió, voló, escapó, fue muy muy lejos, casi hacia donde terminaba el bosque, donde no habría más árboles. Pero no había ido hacia donde reposaban los suyos, si no donde se atareaban los humanos en hachar, quemar, y talar las sabidurías de los primeros habitantes del Gran Bosque. Entonces, al revolotear con miedo entre aquellos crueles personajes, entendió todas las historias del viejo sabio, quien le había dicho que no debía temer a los humanos, si no a la destrucción que causaban. Pues era cierto, ellos no tenían forma de herirla porque no podían verla, pues su corazón no era lo suficientemente puro en inocencia y bondad. Esquivo cuanto pudo de las hachas, fuegos y otros peligros, porque aunque abundaba su miedo, le interrogaba constantemente una voz de curiosidad sobre quienes eran y como detenerlos, hasta que vio una carpa muy muy muy grande y decorosa, rodeada de bellos telares de colores sedosos y suaves. La joven sintió la indomable curiosidad sugiriéndole que entrara, y escabulléndose por debajo de un lado lo hizo sin pensarlo mucho. "¿Quien es? ¿Quien anda allí? Os he dejado dicho que por favor no me molestasen mientras descanso", sonó una voz segura y varonil. La joven hada, revoloteó con su vestido rojizo entre los aposentos, y sintió la curiosidad de si ese apuesto hombre podía o no verla, así que decidió observarlo tranquilamente. El príncipe, en cambio, se sintió enormemente confundido, al ver a una increíblemente bella joven, de lacios y negros cabellos, ojos marrones como la madera de roble, y un rostro fantásticamente atrayente, que solo lo observaba con expresión curiosa. "Disculpa, bella joven, pero, ¿quien eres?" dijo el príncipe sin dudarlo un segundo "Eres demasiado hermosa para estar aquí, y que no recuerde haberte visto antes" El hada se sintió de una forma muy extraña que jamás había sentido antes: Su corazón latía fuertemente, su pecho se sentía enormemente presionado, y a cada palabra, a cada letra, a cada respiro de aquel joven tenia impulsos que lograba detener únicamente por su miedo a él. "Dime quien eres." dijo el príncipe acercándose con confianza, pues el sentía también unos impulsos que apenas podía controlar por el honor de su linaje, así como una enorme curiosidad de quien era esa joven que lo miraba remordiéndose el labio del color de las rosas que contrastaba con esa piel tan seductora. La joven, sintiendo un enorme miedo frente al avance incontenido del príncipe, expandió sus alas de pequeños matices transparentes violáceos, y escapó muy veloz de nuevo hacia el bosque... Pero el príncipe era un excelente jinete, y en poco tiempo logro encontrarla sollozando en un claro del bosque, cerca de una pequeña laguna. "¿Por que lloras? ¿Te he dicho algo malo? ¿Que he echo? ¿Porque huyes de mi de esa manera?" Dijo el apuesto joven, desmontándose de su caballo, y acercándose al hada "Porque eres tú quien destruye el Bosque, quien siembra la pena entre los árboles, quien me arrebata mi bello mundo con hachas y hogueras" Lloró la joven, dejando que su dulce voz encantara al príncipe, mientras sus lagrimas asomaban y acariciaban su suave mejilla, "¿Yo? Si, ha sido mi orden, pero no ha sido en pos de maldad. Creí que las hadas no existían, y que no habría nadie en el bosque para quejarse. Y mis ejércitos necesitan de esa madera. ¿Como podría habérseme ocurrido dañar a tan bellos seres de haberlo sabido?" "Pues tú lo harás. Destruirás el bosque, mataras a sus seres, y jamás oirás su voz, su llanto sus quejas, sus lamentos. ¿es que acaso no viven para algo mas que la destrucción? ¿Por que? ¿Por que no pueden vivir como nosotros?" Lloro la princesa hada, dejando que sus puños golpeasen el pecho del apuesto joven, mientras el la contenía con un abrazo suave y gentil, lleno de un imprudente sentimiento. "¿Que debo hacer? Mi gente no podrá vivir sin un hogar que construyamos, y la tuya tampoco lo hará sin un hogar al que no talemos." Su voz sonaba como el noble y justo monarca que su espíritu le dictaba que fuera. Sintiendo una vez más el corazón puro del joven latir cerca del suyo propio, la princesa hada se sintió irremediablemente avergonzada y en pánico al terminar de besarlo en los labios, y otra vez se dejo escapar con sus alas a través del Gran Bosque hacia el lugar mas antiguo. "Escúchame Anciano Cecolla, necesito de tu sabiduría." Se acurruco entre las enormes raíces y entre sollozos y excitaciones, entre temores y sentimientos, le contó todo lo sucedido. El anciano, como siempre lento y eterno, se tomo su tiempo para dar la respuesta adecuada. "Pensé que te había dicho, pequeña hada, que te fueras al otro lado. Pero veo que tu imprudencia ha ido realmente lejos esta vez. No puedes hacer nada al respecto. es el orden natural de las cosas. Yo no puedo morir mientras el bosque me alimente, mientras continué aquí. Tu lo harás en algún momento, envejecerás y luego tu vida terminara para empezar un nuevo ciclo. Como cada bellota que cae de nuestras ramas, tu alma morirá, pero renacerá en alguna preciosa flor que continuara el ciclo. Así también la del príncipe, y yo estaría aquí siempre, eternamente, si la naturaleza nunca hubiese dispuesto a los humanos con la necesidad a la que le servimos. Así, el debe recomenzar mi ciclo. Pero el descuido de los humanos escapa las leyes naturales, y no se dan cuenta de lo que hacen, y del desorden en que lo hacen." La princesa lo oyó y tranquilamente recordó todas las historias del viejo sabio, todas las ideas que le había transmitido desde su uso de razón y todo lo que debía hacer. Voló muy triste y con cierta melancolía, hacia el lugar donde había huido del príncipe, a quien encontró mirando el claro con indecisión he indignación. "Lo siento (dijo la princesa) pero me he asustado sin razón de ti", y una vez mas se unió a sus brazos fuertes y seguros, donde tendría el valor de hacer lo debido."Debes tallar únicamente los árboles mas viejos, pues su madera es inmensamente mejor que la que encuentras en aquellos mas jóvenes" La princesa se sentía confundida, pues dictar lo que la naturaleza no podía hacer le parecía dar la sentencia de muerte, aún cuando a los viejos árboles les agradara la idea de renovar el ciclo y volver a ser jóvenes. Ella sabia lo que diría el gran anciano: "Cuando muera, pídeles que planten mis semillas, así mi sabiduría vuelve a nacer con migo, aun cuando se reparta en varias encarnaciones" El príncipe solo pudo decir una frase a semejante despliegue de sabiduría: "Bien, si ese es el deseo de la mujer a la que amo, que así sea hecho." Y sin dudarlo, beso a la princesa hada con toda la pasión que albergaba, mientras ella soltaba lagrimas,
Lagrimas felices por estar con el amor de su vida,

Lagrimas tristes por que este cambió su mundo,

Lagrimas inciertas como su futuro,

Lagrimas azules que anunciaban que pronto seria reina junto al amor de su vida



Dibujo de
Lilika [Winter Vixen], http://www.lottostudio.blogspot.com (Gracias Hija de las Luciernagas!!!)

Nubes Rojas



"Nubes Rojas"

Observé tranquilamente la tarde, como se iba Día. Me sentía mal, pues una vez más, El Señor Sol se ocultaba detrás de Horizonte, y en cuanto apareciera la Señora Noche, me sentiría frió y solo. Vagué por el camino de Tiempo, pues él siempre se encontraba ocupado y no me molestaría hoy, hasta que tuve una idea maravillosa. Arriesgado, pero inteligente, con muchas posibilidades de fallar, pero decidido a obtener lo que yo amaba, me escabullí de Mala Suerte un rato, sabiendo que ella me buscaría en el lugar equivocado (pues hoy no saldría a verla), y emprendí mi búsqueda. Vagué otro tanto hasta que El Tiempo me trajo la luz nocturna, a la Señora Noche.
-Disculpa,... Disculpa... ¡Disculpa!- Grite hasta que la anciana me escuchó por fin.
-Ho! perdona, joven, es que estaba mirando hacia el oeste. ¿Hace ya mucho que se ha ido? ¿Crees que lo alcanzaré hoy?
-Pues, si... hace bastante ya hoy. Tal vez si espera lo suficiente lo vea junto a Amanecer. Siempre aparecen juntos.
-El Tiempo me apura joven, ya sabe como es él de malhumorado cuando las cosas se retrasan... tal vez mañana...
-Señora Noche, ¿podría pedirle un favor?
-Dígame Luna, joven. ¿Que es lo que deseas?
- ¿Podría pedirle prestado dos Estrellas? Tengo una idea... y quisiera su ayuda. -¡¿Dos Estrellas?! ¿Muchos buscan su vida entera una sola y tú quieres dos? No puedo hacer eso joven. -Por favor... solo será un momento. No es para mí, es para hacer la imagen más bella. -Pues tu tristeza me conmueve algo... y siempre te veo tan solo y melancólico.. UF! Se que lo dices con franqueza, así que solo esta vez te ayudare. Pero deberás decirme que quieres hacer con ellas. -Pues bien... -luego de contarle mi plan, Luna se sintió tan conmovida, que decidió darme sus dos mejores y más brillantes estrellas.
-¿Y crees que funcionara? -Tengo que intentarlo.
Caminé un poco más lejos entre los senderos de Tiempo, hasta que llego Amanecer, y procedí a pedirle a él la siguiente pieza para mi plan.
-¿Mis nubes rojas? ¿Porque mis nubes rojas? ¿Sabes acaso lo que me cuesta cultivarlas? No son para cualquiera sabes.. -dijo con cierto tono inquisidor.-¿Y para que las querrías de todas formas?
Le comente varias veces mi plan hasta que el muy testarudo lo entendió.
-JA! Te daré las nubes que necesitas. Pero no te servirán de nada, ¿sabes? Mala Suerte no se descuida fácilmente, especialmente contigo. Siempre te está vigilando.
Con ambas estrellas y un puñado de nubes rojas en mi bolsillo, me dedique a caminar un poco más hasta encontrarme con el Señor Sol.
-Hola Señor Día, ¿como se encuentra hoy? Luna lo anduvo buscando toda la noche, y espera verlo mañana junto a Amanecer.
-¡¿En serio?! ¿Ella me ha estado buscándome? ¡Ho Dios! Tendré que vestirme bien de mañana. Aunque no se porque lo hago. Si ella no se interesa por mí, y siempre pasan días enteros hasta que se decide a verme. Vale, si desconfío que realmente me quiera.-Dijo ruborizado con mucho preocupación.
-Oye tranquilo, no hace falta tanto alboroto, que estamos con Invierno y no nos hará falta calor hasta que Primavera decida venir. Créeme, ella si te quiere, es solo que ella se ocupa de cuidar la noche y las estrellas, y no puede escaparse mucho de Tiempo. Pero ella siempre hace el esfuerzo de adelantársele para poder llegara al Día antes y pasarlo contigo.
-Vaya muchacho… que me has abierto los ojos. Tenéis razón, ella siempre esta escapando de él, no de mi... Muchas gracias. ¿Puedo hacer algo por ti en regreso?
-Quería pedirte por favor, tu más calido y acogedor rayo de sol, solo por unos minutos, para... -Y cuando termine de contarle mi plan, Sol rió fuertemente y me dijo:
-Vale. Tu también tienes problemas, ¿ha? Bien, te lo daré, pero solo porque es invierno y no lo uso mucho.
-Muchísimas Gracias señor...
Y partí. Con el cálido rayo de sol, ambas estrellas y un puñado de nubes rojas. Busqué durante unos minutos a Viento, pues el siempre anda detrás de Brisa y estaba seguro que me ayudaría sin problemas.
-Hey, necesito que moldees esto con la forma de mi amada, ¿puedes hacerlo?
-JA! por supuesto, Sabes que el poderoso Viento puede hacerlo todo. ¿Haz visto a Brisa? La estuve siguiendo hasta hace unos momentos, pero se ha escondido de mi. Ella es tan... tan... ¡Dios! Es lo mejor que he visto. -Dijo con ojos lujuriosos y comenzó a trabajar. Tomo las más bellas estrellas para crear los ojos de mi amada, tomo las nubes he imitó su hermosa piel, sus suaves cabellos y su curva y atractiva figura. Y con el acogedor rayo de sol, le dio calidez a su piel, a su voz y a su dulce rostro.
-Muy bien, ahora ve, poderoso y veloz viento, y distrae a Mala Suerte, que no quiero que me alcance hoy.
Dicho y hecho, Viento corrió como el mejor. Y yo corrí hacia ella, que observándolo a él con obligación, yo se que en realidad espiaba hacia mi con cariño. Y deje que me observara entre las nubes, escondida en cielo, casi inalcanzable para mí. Pero hoy no, hoy bastara mi sola mirada para decirle a ella cuanto la amo. Y sé que vendrá hacia mi.

miércoles, 11 de julio de 2007

Las Ilusiones del Hombre De Burbujas


Las Ilusines del Hombre De Burbujas

Vi al hombre de las burbujas una vez. Era magnifico. Todos las niñas y los niños alrededor de el, riendo y jugando, corriendo y gritando. Y alli estaba yo, mirando las esferas formarse y volar libremente. Yo estaba maravillado por su hermosa forma, por sus movimientos danzantes, por sus extraños colores cambiantes. Era como si tuviesen todos los colores, pero fuesen de ninguno. Como si su mistica transparencia fuese hecha por todas los reflejos dentro y fuese moldeado por ellas por fuera. Vi las burbujas ir y venir, preguntadome por que eran ellas tan intrigantes?, y encontre la respuesta. Eran una ilusion, estaban para fascinarnos, para intrigarnos, para envalentonarnos, para darnos fuerza y esperanza. pero entonces todo se detuvo. Todas las risas se fueron, todos los juegos terminaron. y cuandro pergunte, el hombre de las burbujas me miro con sus tristes ojos y me dijo.

"Lo siento muchacho, pero ya no quedan ilusiones en mi frasco para ti"


TEXTO ORIGINAL QUE ESCRIBÍ EN INGLES:

The Ilusions Of The Bubbleman

I saw the bubbleman once. He was magnificent. All the boys and girls around him, smiling and playing, running and shouting. And there i was, watching the spheres form and fly freely away. i was wondered by their beatifull shape, by their dancing moves, by their strange changing colors. It was as if they had every color, but where none of them, as if its mistique trasnparence where made by all the reflections insade, and out side where molded by them. I saw the bubbles wondering, asking my self why where them so intriguing and i found the answer: there where an ilusion, they where there to fascinate, to intrigue, to encourage, to give us our hope and strengh. But then all the dancing stoped, all the laughs where gone, all the games had ended. And when i asked, the bubbleman looked me with his sad eyes and said:


"I'm sorry young boy, but there are no more ilusions in my jar for you"