Escritos adrenalinicos de enfebrecida imaginación

martes, 11 de septiembre de 2007

El Alineador


Dicen que Zarus, creador de la tierra, cansado de las arbitrarias intervenciones de sus camaradas envidiosos, cubrió el cielo de pequeñas luces que absorbían el poder de quien osara meterse con su majestuosa obra.
Descubrió, sin embargo, que a cada momento se volvía mas incontrolable, pues los humanos eran muchos, con sus destinos casi innumerables, y las estrellas se volvían en su contra.
Se dice que en algún lugar, muy muy lejano, erigió una enorme torre del más blanco marfil, en el más interminable y oscuro mar negro.
Por años, se apresuró a buscar al humano más completo de Su Creación, y le ofreció el más deseado poder: El control de la Torre.
Para ello, dividió todo lo bueno de todo lo malo, convirtiendo uno en dos, y Le dio el don de la inmortalidad, para así no deber buscarlo de nuevo.
Es bien sabido que en esa torre se encuentran todos los Hilos Dorados, que atraviesan los innumerables pisos circulares en intrincados tejidos de oro.Cada uno de ellos es atado en cada punta por uno de Los Gemelos, principio y final, nacimiento y muerte. El hilo, entonces, recorre la torre en complicadas y zigzagueantes lineas, representando cada golpe de suerte, cada tragedia, cada momento de vida de cada humano en la tierra.
Pero Zarus no estaba contento, porque sus criaturas tampoco lo eran, esclavas de las decisiones del Alineador. Se dice que él, Dios de todos, inmerso en una enorme depresión cortó su mano izquierda, con la que solía trazar los destinos, y la dejó caer a la tierra. Las estrellas pronto la deshicieron en miles de pequeñas partes, que se esparcieron como copos de nieve y llegaron a cada rincón, cueva, y hogar, y entraron en el espíritu de cada corazón latente. Ahora, cada ser tiene dentro de si el poder de cambiar su propio destino, si así lo desea.



[Imagen por Monica Almendrae, http://almendrae.blogspot.com/ ]